Y un sirviente arrodillado, en cruz, fiel cristiano, o no, fiel aterrorizado, toca su violín mientras todos corremos, donde?!!!
Y un obrero sonríe por dentro, su inocencia se contagia entre todos, su “claro oscuro” estará siempre en el recuerdo de algunas mentes alegres.
Y un señor que no me abraza, joder, QUIQUE!!!, que soy yo, que no he cambiado, bueno si.....he cambiado un poco ya.
Y un señor extraño, con casco de jugador de béisbol, con antenas, que hace ahí arriba?, madre mía, y encima canta!!!!
Todo esto, en las mañanas grises del otoño que avanza, en las frías del invierno que vendrán, nos dan un cobijo especial, con gusto a grandes montañas, a cuerdas finas que resuenan en los rincones, a una gran sonrisa que gratifica.
Gracias por venir cerca.
Felicidades Arnim.
