jueves, 30 de julio de 2009

I love Jazz

Noche calurosa, gente desconocida, perra pantera me acompaña y el jazz suena en su mejor versión.

I love Jazz.

jueves, 23 de julio de 2009

Sobrinos, tierra y luna.

Anoche, mis sobrinos me esperaron sin dormir para poder verme. "Tenían muchas ganas de verte" me confeso mi hermana después. El pequeño, Guillem, fue el elegido para escuchar uno de mis cuentos favoritos y en ese momento recordé mi sueño nocturno, joder, como me altera el sueño tomar flores.

Soñé como nuestro planeta tierra pasada por encima de mi cabeza, todo se agitaba, todo se tambaleaba, todo caía, ella corría y yo la seguía sin hacer caso a las señales del universo.

Caían fachadas, arboles, balcones, marquesinas volaban por encima de nosotros, no había nadie, ni un alma, solo yo y mi persecución, evidentemente a la persona que seguía hacia tiempo que marcho de mi, y todo se rompía, se seguía rompiendo, y la tierra pasaba por encima de mi dejando estelas de fuego, como brillaban los colores, y entonces paro mi persecución y miro al cielo, no me importaba nada en ese momento, solo quería contemplar esa maravilla.

No vi necesario contarle este sueño al peque pero se lo varié un poco, además el tiene encima de su cabecita, pegados al techo, planetas de mil colores, con anillos dorados, mares granates, tierras verdes, amarillas, todo un collage, toda una explosión de ideas para su innata imaginación.

Entonces le explique, no se porque, una historia inspirada en la llegada del hombre a la luna, jaja, al peque no le sorprendió nada de nada, el lo veía normal, es más, me explico que el iba a todos los planetas posibles cuando le apetecía.

Todo seguía cayendo, llovía a cantaros y encima de mi solo hacia que pasar nuestro planeta cada vez rápido y más agitado, nada se mantenía en mi pie, era de noche, el planeta brillaba cada vez más, solo yo me mantenía en pie, resistiendo ante tanta destrucción, y entonces, al girar mi cabeza, la vi, ella seguía corriendo, pero nunca miraba hacia atrás, y yo decidí parar en seco, sentarme y mirar al cielo esperando a que llegue la calma.

Mi sobrino Guillem, estaba ordenando sus peluches para dormir y de repente mira un planeta y me dice,

- ¿cuantos años tienes?
- ¿yo?.- Le pregunte.
- Si tu, ¿cuantos años tienes?
- Tengo 35 años.- Me mira y se ríe.
- Sabes, la tía Merce tiene 104 años, es muy mayor, la más mayor y se va a morir.
- Se ira a la luna.- Le digo yo.

Y el pequeño, cogiéndome del brazo fuertemente, me dice:

- Yo no quiero que nadie se muera.

Se incorpora y me da un beso tremendo en la mejilla.

Siempre supe que perdería muchas cosas al dejar de correr tras algo irreal, algo que ya estaba muerto, pero nunca imagine que ganaría otra vez a mi familia, a los mios, a mis sobrinos que cada día me hacen soñar con planetas, aunque estos sigan pasando por encima de mi agitándolo todo.

jueves, 16 de julio de 2009

Mama tierra (Madre querida).

Hace tiempo que no necesite demostrarte nada de nada, siempre estabas ahí, nuestras diferencias tuvimos, las cuales aprendí a aceptar, aceptarte a ti es aceptarme a mi mismo.

Vengo de ti, soy parte tuya, mi piel es tuya, mi creatividad y mis éxitos son tuyos también, los fracasos son solo mios, de los cuales aprenderé.

Gracias por todo tu apoyo, te quiero mami y te querré siempre.

Admiro tu fuerza.

Viejos y nuevos amigos

Ayer a las 2 de la madrugada, debajo de la fachada en voladizo, colgante, y totalmente hueca por dentro, de un rascacielos cercano a mi ático, un viejo amigo y yo, el burro detrás, recordamos como intentábamos afinar esa guitarra que yo había comprado en Andorra, una Admira, modelo Paloma, una cutrez para los que entienden.

Pues ayer, esa misma guitarra, reproducía por si sola, con ayuda de algún ángel, unos acordes maravillosos de esta hermosa canción que habla de la lucha contra nosotros mismos para aceptarnos tal y como somos.

Y hoy, día soleado y de trabajo duro con mi proyecto, no paro de tocarla y sentirla.



Que otra cosa más bonita que sobrevivir a todo lo que venga con un poco de armonía (musical).

sábado, 11 de julio de 2009

Pensamiento en Do menor

Ayer por la noche descubrí muchísimas cosas, entre ellas, el amor que siento por la música.

Tengo mucho miedo a no saber que hacer con mi hermosa vida, con mis treinta cinco añitos, con mi cambio de vida constante, sé que los cambios los busco para encontrarme de una vez por todas y seguir por mi camino. Sé que este camino será lejos de aquí, lejos de todo, lo presiento así, pero no la haré huyendo como siempre, lo haré despacito, piano piano, con buena letra, esperando el momento en el que me suba a un escenario, encuentre la magia que tiene sentir así por dentro y empezar a volar por donde me apetezca.

Sé que un bichoto me seguirá sin miedo a nada. Hace bien poco descubrí el amor que le tengo a ella y el me tengo a mi mismo, renuncie a una evasión, renuncie a sentirme otra vez querido, amado, para cambiarlo por quererme yo mismo cada día un poco más, y ella me ayudo a comprender esto.

Me bañe otra vez allí, moje mis heridas para ayudarlas a cicatrizar sin ningún tipo de rencor y con todo el amor del universo.

Empiezo a sentir otras cosas por mi, mi proyecto se empieza a dibujar, mi destino me espera.

Coño!!!! pero tengo que estudiar mucho!!!!!!!

De mientras escucho esta maravilla, algún día podré tocarla y cantarla, porqué no?